Ministramos en su presencia en todo tiempo

Nos regocijamos en la presencia del Rey.

Es maravilloso adorar a Dios en todo tiempo y es por eso que lo hacemos junto con su pueblo.  La escritura nos enseña que entremos a sus atrios con alabanzas, con regocijo y dando gracias a Dios  en todo tiempo.

¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Salmos 133:1